El papel de la educación es básico en el intento de conseguir una sociedad más justa en la que la violencia, la intolerancia y el racismo desaparezcan. Por ello, nuestro sistema educativo, debe dar respuesta a los cambios sociales que se están produciendo.
El problema de cómo atender a la diversidad cultural en el aula no es nuevo en España ni en Aragón, pues siempre han existido colectivos minoritarios en nuestra sociedad, siendo el más destacado de ellos el colectivo gitano. En el momento actual, el sistema educativo debe afrontar, además, el nuevo reto cada vez más creciente de la inmigración.
Aumenta cada día, en nuestras aulas, el número de niños y niñas procedentes de diferentes países, muchos con desconocimiento del idioma oficial, con costumbres y culturas diferentes a la autóctona. Todo ello dificulta enormemente la integración social de los colectivos mayoritario y minoritario, por lo que nuestra sociedad corre el riesgo de estratificarse.
La Educación Intercultural trata de ofrecer soluciones a este reto planteado. Se trata de un modelo educativo que propicia el enriquecimiento cultural de la ciudadanía, partiendo del reconocimiento y respeto de la diversidad, a través del intercambio y el diálogo, en la participación activa y crítica para el desarrollo de una sociedad democrática basada en la igualdad, la tolerancia, y la solidaridad.
La Educación Intercultural propone, por una parte, la preservación y el desarrollo de la identidad cultural original del alumnado y, por otra, su inserción óptima en la sociedad de acogida, por lo que debe ser una educación centrada en la diferencia y la pluralidad cultural más que una educación para los que son culturalmente diferentes.
En SOS Racismo Aragón consideramos que la diversidad cultural en el medio educativo no supone un problema, sino una magnifica realidad y una inmejorable oportunidad de enriquecimiento académico, personal y cultural de profesores y alumnos, nativos y foráneos; un reto para el ejercicio de la tolerancia, la compresión y la solidaridad.
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